Voces desde el campo

Proceso Nyéléni 2025

Los Pueblos Indígenas hacia el tercer Foro Global Nyéléni

Saúl Vicente Vázquez, Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, Comité facilitador del CIP

Los Pueblos Indígenas hemos luchado junto con otros movimientos sociales de productores de alimentos a pequeña escala desde 1996, año en que en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de Roma, se lanzó la visión de la Soberanía Alimentaria, una visión basada en los pueblos que se convirtió en una referencia en el debate mundial sobre comercio, alimentación y agricultura. La necesidad de alimentos estables, saludables y asequibles, culturalmente apropiados, producidos principalmente a nivel local, lejos de las políticas neoliberales, la privatización y el libre comercio y la dependencia de los mercados globales, se ha convertido en la referencia clave a nivel mundial para todos los movimientos y organizaciones principales que trabajan en estos temas.

Desde entonces hasta hoy hemos logrado construir un movimiento amplio articulado en el Comité Internacional de Planificación por la Soberanía Alimentaria (CIP), incidiendo en las políticas de la FAO y del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), mediante la organización autónoma, la movilización y la realización de dos Foros Globales Nyéléni por la Soberanía Alimentaria, alcanzando logros importantes, como son: las Directrices voluntarias sobre tenencia de la tierra (DVGT por sus siglas en inglés); las Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala (Directrices PPE por sus siglas en inglés); la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP); una reforma del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas, junto con la aprobación del Mecanismo de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas para su relación con el CSA; y la adopción de los principios  y los elementos de la agroecología por la FAO y el GANESAN, entre otros. Todos estos acuerdos y políticas internacionales han marcado el camino y ya han comenzado a influir en las políticas e iniciativas públicas nacionales y regionales.

A pesar de estos logros, durante las últimas décadas nos hemos acercado a una encrucijada fundamental. Hay una preocupación cada vez mayor entre la gente que se siente cada vez más amenazada. Los gobiernos hasta ahora no han sido capaces de encontrar respuestas suficientemente contundentes a las preocupaciones de la gente y a los riesgos de múltiples crisis relacionadas con el clima, la biodiversidad y las prácticas extractivas que siguen destruyendo el planeta. Hay una crisis de gobernanza en las Naciones Unidas y a nivel nacional.

Estamos convencidos de que podemos tomar otro rumbo, pero para ello necesitamos urgentemente unir fuerzas para impulsar los cambios necesarios. Tenemos que luchar por la solidaridad económica, la justicia climática y contra la influencia dominante de las empresas transnacionales (ETN) y las grandes empresas tecnológicas.

En este contexto se inscribe la realización del Tercer Foro Global Nyéléni, desde donde nos proponemos construir un movimiento más amplio y fuerte con una plataforma y acciones comunes que puedan marcar la diferencia, impulsando una transformación profunda, un cambio sistémico que permita la participación de la gente, de los movimientos sociales que abogan por la soberanía alimentaria, la democracia participativa, el empoderamiento comunitario, los derechos humanos, la solidaridad, la cooperación entre pueblos y la paz, e impulsar soluciones reales a estas crisis múltiple.

Proceso Nyéléni 2025

Región de Oriente Próximo y Norte de África (NENA por sus siglas en inglés)

Jana Nakhal, Marcha Mundial de las Mujeres

Mientras nos preparamos para el Foro Global Nyéléni 2025,  nuestra región atraviesa una guerra terrorista de Israel, con un genocidio en Gaza, una guerra destructiva en Líbano y continuos ataques en Siria y Yemen, además de una guerra de saqueo de los príncipes del Golfo contra Sudán.

La cantidad y el alcance de las guerras que la región NENA ha sufrido en los últimos 100 años y sigue sufriendo, ha afectado no solo a su soberanía alimentaria, sino a otros derechos de los pueblos de la región.

Esto, sumado a la intervención indirecta y política del norte global, ha hecho que la soberanía alimentaria de la región también haya estado ausente de los programas de la sociedad civil y de las políticas de los Estados. Además, se aborda a través del prisma de la seguridad alimentaria, descartando un enfoque interseccional muy necesario de la cuestión.

En consecuencia, y mientras desarrollamos el proceso Nyéléni, también estamos elaborando una lista de expectativas y esperanzas para el Foro Global Nyéléni. Pensamos que este foro es una oportunidad para que las causas de nuestra región se globalicen y encuentren solidaridad, pero también para aprender de otros contextos y experiencias, y para aportar nuestra cultura local y la herencia de nuestros movimientos decoloniales.

En este sentido, el Foro Global aparece como una oportunidad para nuestra región, y también para otras regiones, de procesar el arraigado carácter interseccional de la soberanía alimentaria, y crear un espacio para el intercambio de conocimientos, el aprendizaje y la radicalización de nuestras concepciones y movimientos.

No cabe duda de que los poderes patriarcales, capitalistas y colonizadores están lanzando nuevas ofensivas terroristas contra los pueblos del Sur global. Y la única forma en que podemos resistirnos es a través de una cosmovisión colectiva de base e interseccional, que plantee como derechos inalienables la soberanía alimentaria, el acceso a los derechos humanos básicos -es decir, el acceso a la vivienda, la tierra y los recursos, la educación, la salud, etc.-, la liberación de los pueblos y las mujeres, y las libertades personales.

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Región de África

Ali Aii Shatou, IPACC

La consulta regional africana, celebrada en Addis Abeba (Etiopía) en julio de 2024, fue fundamental para enmarcar la posición de África. Los participantes reflexionaron sobre sus sistemas alimentarios, identificaron cuestiones clave y elaboraron una declaración que destaca los siguientes resultados:

Los pequeños productores de alimentos son reconocidos como la columna vertebral de la seguridad alimentaria de África. Es fundamental apoyar a estos productores mediante el acceso a los recursos naturales y el reconocimiento del valor de los conocimientos de los pueblos, para garantizar unos sistemas alimentarios sostenibles.

La agroecología se destacó como una solución clave a los retos interconectados del cambio climático, la degradación de la tierra y la inseguridad alimentaria. Las consultas incidieron en la necesidad de apoyo político para ampliar las prácticas agroecológicas, incluidos los sistemas de semillas resilientes y los métodos agrícolas adaptados al clima.

Se hizo una firme llamada a favor de políticas que empoderen a las mujeres y a los jóvenes en la agricultura. Esto incluye el acceso a los recursos, la promoción de la participación de los jóvenes en la agricultura y la garantía del liderazgo fundamental de las mujeres en los esfuerzos hacia la soberanía alimentaria.

Se consideró indispensable proteger los derechos a la tierra y el agua de pequeños productores, pastores, pescadores y comunidades indígenas, para evitar el acaparamiento de tierras y agua y garantizar que estos recursos sigan siendo la base de la producción alimentaria y la supervivencia cultural.

A pesar de los numerosos resultados positivos, los movimientos por la soberanía alimentaria en África se enfrentan a importantes retos:

Muchos gobiernos africanos siguen alineados con los modelos de agricultura industrial, que priorizan la agricultura orientada a la exportación y socavan los sistemas alimentarios locales.

Las multinacionales de la agroindustria dominan los sistemas alimentarios, impulsando programas con fines lucrativos que dan prioridad a los cultivos modificados genéticamente frente a las variedades locales tradicionales.

Las perturbaciones climáticas amenazan la productividad agrícola, mientras que la migración de las zonas rurales socava la sostenibilidad de la agricultura campesina.

El movimiento africano espera que Nyéléni 2025 sea una plataforma para la defensa de políticas audaces que desafíen las estructuras de poder existentes y promuevan los sistemas alimentarios sostenibles centrados en las personas. Se cuentan entre las principales reivindicaciones: políticas que den prioridad a los pequeños productores, la agroecología y los derechos sobre la tierra y el agua, así como un llamado para acabar con el acaparamiento de tierras y agua y del control corporativo de los sistemas alimentarios.

También se quieren amplificar las voces de los grupos marginados, como las mujeres, los jóvenes y las comunidades indígenas, y  fomentar la solidaridad transfronteriza para abordar retos comunes como el cambio climático y la inseguridad alimentaria.

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Región de Asia y el Pacífico

Tammi Jonas, Red Australiana de Soberanía Alimentaria

Sesenta representantes de 12 países y más de 20 movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil mundiales y regionales de toda Asia y el Pacífico se reunieron en Negombo, Sri Lanka, para reflexionar sobre las actuales policrisis causadas por el capitalismo colonial patriarcal, y para construir colectivamente nuestras estrategias con vistas al tercer Foro Global de Nyéléni. Desde los campos y las salas de reunión locales hasta el plenario compartimos historias de lucha y resistencia específicas de Asia y el Pacífico, pero generalizables a todas las regiones del mundo. Ya sea mediante micro-financiación para pequeños agricultores o préstamos del Banco Mundial a Estados soberanos, la deuda aplasta a familias, comunidades y países, apuntalada por las reformas políticas neoliberales introducidas por el FMI en toda la región. El capitalismo del desastre está muy extendido en una región muy afectada por las consecuencias del cambio climático; desde el turismo corporativo que priva a los pescadores del acceso a sus aguas tradicionales, al tiempo que destruye las barreras naturales contra los tsunamis, hasta los megaproyectos de infraestructuras que supuestamente frenan la salinidad provocada por la subida del nivel del mar, inundando así los arrozales de los campesinos.

Del acaparamiento de tierras y agua a la nueva frontera del acaparamiento de carbono y datos, el capitalismo colonial se está trasladando al nivel celular e incluso digital. La lucha por la soberanía alimentaria se fundamenta en el conocimiento, el territorio y la soberanía, haciendo valer los derechos consagrados en la UNDROP (Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales) y la UNDRIP (Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas), que exigen una profunda reestructuración de quién detenta, utiliza y comparte el poder y el conocimiento en los sistemas agroalimentarios, y devuelven el control de los medios de producción a los pueblos indígenas, los dalits, los sin tierra, campesinos y comunidades locales, empezando por la tierra, nuestra madre.

Trabajando con aliados invitados de otros movimientos mundiales dedicados a la salud, la justicia de la deuda, la justicia climática, la economía social y solidaria, el trabajo y las diversidades de género, miramos hacia Nyéléni 2025, activos en nuestro optimismo para trabajar colectivamente por el derecho de todos a alimentos nutritivos y culturalmente determinados, cultivados en armonía con la naturaleza, transformados y distribuidos por nuestras comunidades y dentro de ellas, y gobernados democráticamente por nosotros, para nosotros.

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Región de América del Norte

Cicely Garrett, Alianza Nacional Negra por la Alimentación y la Justicia (NBFJA)

El movimiento por la soberanía alimentaria en América del Norte es activo, aunque descentralizado y carente de una estructura central de apoyo a la coordinación. A efectos del proceso Global de Nyéléni, la región de América del Norte está formada por algo más que las dos naciones de Canadá y Estados Unidos (EE.UU.). Hay más de 1.200 naciones soberanas indígenas, nativas, metís e inuit que llaman a esta tierra su hogar. Muchas de ellas participan activamente en el movimiento regional por la soberanía alimentaria.

Los movimientos por la soberanía y la justicia alimentarias se enfrentan a una serie de retos cada vez mayores tanto en Canadá como en Estados Unidos, ya que falta en gran medida un enfoque sistémico de la alimentación en la mayoría de los niveles de gobierno, los sectores públicos (por ejemplo, la sanidad y la educación) y la concienciación pública.  En Estados Unidos, en particular, el gobierno ha excluido a miles de familias de la ayuda alimentaria y de otros programas sociales, y las instituciones utilizan la violencia y el encarcelamiento contra las comunidades del movimiento social.

Al mismo tiempo, han surgido señales de una nueva ola de movimientos populares y masivos en pro de #BlackLivesMatter, Justicia Climática y acciones contra Monsanto y otras grandes empresas. Hay alianzas nacionales nuevas y existentes que están fortaleciendo el liderazgo de las familias de la clase trabajadora y las comunidades de color para reclamar sus vidas y sus cuerpos frente al racismo estructural y defender la justicia y la soberanía alimentaria.

Las consultas de Norteamérica tuvieron lugar virtualmente los días 8 y 9 de mayo de 2024, con 125 participantes, incluyendo a miembros de coordinación, personal de apoyo y traductores,  en representación de más de 70 organizaciones, coaliciones, redes, granjas y centros comunitarios de alimentos, basados en las múltiples naciones que componen la Isla de la Tortuga. Aunque muchas conversaciones se centraron en los retos para lograr la justicia de la tierra y la soberanía alimentaria, hubo un gran interés en amplificar las intervenciones estratégicas exitosas y los cambios sistémicos profundos. Hubo un llamamiento renovado y un compromiso con la solidaridad y las acciones transformadoras para construir el poder colectivo. En conjunto, la consulta supuso un comienzo, en cierto modo un catalizador, para continuar la coordinación de camino a la convocatoria presencial del Nyéléni Global en 2025 y después.

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Región de América Latina y Caribe

Perla Álvarez, CONAMURI/CLOC

En nuestra región, nos propusimos que este proceso Global Nyéléni III, nos ayude a fortalecer el movimiento por la soberanía alimentaria:  a convocar a un amplio movimiento popular, construir nuevas relaciones entre nosotros seres humanos y la naturaleza y entre nosotros mismos, y así podamos dejar esta bella tierra a las nuevas generaciones.

En nuestra Consulta Popular en el mes de febrero 2024 nos llamamos a impulsar nuevas olas de reformas agrarias populares y a avanzar en la ampliación de los sistemas alimentarios agroecológicos para alcanzar soberanía alimentaria y esto, somos conscientes, implica un cambio sistémico.

En nuestra consulta hemos participado una veintena de organizaciones del nivel continental, regional y nacional, de campesinas y campesinos, pueblos indígenas, pescadoras, pescadores, recolectoras, mujeres, jóvenes, movimiento de derechos humanos, justicia climática y salud, entre otros. Nuestros hijos e hijas se merecen un mundo mejor, la posibilidad de una debacle total es más que nunca cierta y cada vez más cercana si no actuamos. Por eso, llamamos a todos los movimientos emergentes, el movimiento por la justicia climática, el movimiento feminista, el movimiento de trabajadores y trabajadoras, las juventudes, la academia comprometida con las luchas de los pueblos, a sumarse a esta convocatoria al Foro Global en la India en 2025.

Nos llamamos a actuar junto con nuestros aliados y aliadas, a exigir de los gobiernos su responsabilidad en asegurar políticas públicas basadas en derechos humanos y en los derechos de la naturaleza, a luchar contra las corporaciones que devastan nuestros territorios, a construir nuevas subjetividades basadas en los aportes feministas y asumir la diversidad como un reto de futuro. Por ello estamos organizando una serie de webinarios abiertos para construir una agenda común.

Aguardamos que el Foro Global concluya con un poderoso llamado a la humanidad, a los gobernantes y las instancias intergubernamentales a actuar con soluciones reales, no falsas soluciones; un llamado a la paz, con justicia social y ambiental, con respeto a la diversidad de la vida y de las personas. Por eso, desde América Latina y Caribe planteamos un nuevo CIRADR+20 (Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural), donde tengamos activa y protagónica participación popular.  

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Región de Europa y Asia Central

Ia Ebralidze, ELKANA

En los últimos años, el movimiento Nyéléni de la región ECA ha dado pasos significativos en Europa Oriental y Asia Central para fomentar la solidaridad entre individuos y organizaciones comprometidos con la soberanía alimentaria y que trabajan para poner en contacto iniciativas agroecológicas locales. La colaboración con la oficina regional de la FAO ha amplificado las voces de la sociedad civil, permitiendo contribuciones significativas a los debates políticos regionales. A pesar de los desafíos de la pandemia, han continuado los esfuerzos de movilización a escala nacional. Sin embargo, teniendo en cuenta que la región se caracteriza por la diversidad de culturas políticas y sociales, de nivel de desarrollo de los países y de sistemas agrícolas, la estrategia de trabajo de Nyéléni en la región aún está en proceso de formación. Una nueva estrategia persigue lograr procesos claros y transparencia dentro de la red para generar confianza e impulsar la acción estratégica.

Desde el punto de vista político, la región se enfrenta a crisis que se entrecruzan: la invasión rusa en Ucrania, los conflictos armados enquistados o en curso en el Cáucaso y Asia Central, así como los efectos de la guerra en Palestina, precedidos por los efectos del cambio climático, especialmente la escasez de agua, y los desastres naturales, que no sólo han provocado la pérdida de miles de vidas, el desplazamiento de millones de personas, la destrucción de infraestructuras civiles y el corte de las cadenas de suministro, sino una enorme desestabilización de toda la región. El auge del autoritarismo y el populismo en toda Europa Oriental y Asia Central, aprovechando las condiciones traumáticas y la fragilidad de las poblaciones, la introducción de las llamadas «leyes de agencia», respaldadas por la Federación Rusa, se traduce en la estigmatización y marginación de las organizaciones de la sociedad civil, incluidas las personas y organizaciones que trabajan por los derechos de los campesinos y los indígenas o por la soberanía alimentaria.

Mientras tanto, el aumento desmesurado de los precios de los alimentos, la interrupción de las cadenas de suministro y el acceso limitado a recursos esenciales -tierra, agua y mano de obra- están diezmando a los productores locales de alimentos. Estas presiones han intensificado la migración laboral, han marginado a los pequeños agricultores y han agravado la inseguridad alimentaria regional.

Con todo, en medio de estas crisis, la agroecología ha demostrado su importancia crítica. Como sistema agrícola familiar de bajos insumos, la agroecología ofrece una base para la seguridad alimentaria y la resiliencia durante los fenómenos extremos. Los pequeños productores de alimentos, a pesar de los inmensos desafíos, siguen siendo la columna vertebral de los sistemas alimentarios sostenibles. Para apoyarlos, las políticas públicas deben reforzar a la sociedad civil y las organizaciones indígenas, dar prioridad a los derechos humanos, incluir a los grupos vulnerables y fomentar las economías locales.

Cuadros

Cuadro 1

Los debates políticos en la FAO y el CSA se encienden mientras los gobiernos se paralizan

La larga oleada de la pandemia de Covid, la crisis alimentaria y la multiplicidad de conflictos han repercutido sobre el debate político en los espacios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Las perturbaciones comerciales y sus repercusiones en los sistemas alimentarios han sido objeto de extensos debates en el Comité de Problemas de Productos Básicos (CCP). La mayoría de los países han mantenido el apoyo a las políticas neoliberales, mientras algunas voces aisladas mencionaban los mercados locales como respuesta a la volatilidad y fragilidad del mercado mundial. El Mecanismo para la Sociedad Civil y los Pueblos Indígenas (CSIPM) se ha unido a la nueva línea de trabajo del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) para desarrollar un Plan de Acción que sirva de hoja de ruta para reforzar la difusión e implementación de los documentos políticos acordados por el CSA a escala local, nacional, regional y mundial.

Los movimientos del sector pesquero han planteado en el Comité de Pesca (COFI) esa misma necesidad de implementación, abogando por la implementación de las Directrices para la Pesca en Pequeña Escala a nivel nacional. Otro espacio para promover el programa de la soberanía alimentaria es el Foro Global sobre Agricultura Familiar dentro del Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar (UNDFF). El Grupo de Trabajo sobre Juventud del CIP participó para dar voz a los jóvenes agricultores y los Pueblos Indígenas y crear un conjunto de herramientas para facilitar el relevo generacional en la agricultura. Mientras tanto, las negociaciones del Tratado sobre Recursos Fitogenéticos (ITPGRFA por sus siglas en inglés) se encuentran en una fase crítica. Al rechazar la regulación de la versión digitalizada de las semillas (DSI), los gobiernos están permitiendo a las empresas saltarse las normas del Tratado, creando espacio para una nueva y enorme oleada de biopiratería a la biodiversidad de los campesinos y los pueblos indígenas. Los próximos años serán cruciales para los movimientos campesinos y de pueblos indígenas, ya que está próxima la convergencia de esfuerzos con vistas a organizar una nueva Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR+20).

Cuadro 2

¡Contrarrestemos la ofensiva corporativa sobre la gobernanza mundial!

Muchos frentes importantes para el movimiento por la soberanía alimentaria

El derecho de las comunidades a cultivar sus alimentos y a alimentarse por sí mismas está cada vez más amenazado, incluso en espacios políticos mundiales como las Naciones Unidas. Las grandes corporaciones y sus aliados políticos se están aprovechando de las guerras, crisis climáticas, crisis de biodiversidad y crisis sociales actuales para dar prioridad al sistema alimentario industrial, en defensa de los beneficios en lugar de las personas.

Los organismos de la ONU que negocian las políticas climáticas (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático – CMNUCC) y de biodiversidad (Convenio sobre la Diversidad Biológica – CDB) están en el ojo del huracán. A lo largo del tiempo, la CMNUCC ha fomentado una oleada de falsas soluciones, como los mercados de carbono, que convierten la naturaleza en ganancias, sin aportar beneficio alguno al clima. También van en aumento las peligrosas tecnologías de geoingeniería que supuestamente «arreglan el clima» a través de la manipulación de la radiación solar o la captura industrial de carbono. Todas estas «soluciones tecnológicas» amenazan con acentuar el acaparamiento de tierras con el riesgo de destruir ecosistemas de los que dependen los productores de alimentos. Aunque el CDB ha demostrado falta de ambición y de poder financiero en la última COP16 de Cali, ha mantenido una moratoria de facto sobre la geoingeniería, gracias a una fuerte movilización de la sociedad civil.

También están entrando en los espacios políticos la digitalización de la agricultura y las tecnologías de IA, que amenazan los derechos de los agricultores, como se ha visto en la reciente Cumbre del Futuro de Naciones Unidas. Es ahora o nunca, se necesita solidaridad y una fuerte resistencia a todos los niveles de poder para poder transformar el sistema alimentario.

Para más información: escuche la miniserie de podcasts “¿Quién controla lo que comemos?, lea Caballos de Troya en los campos: seis preguntas cruciales sobre la digitalización de la cadena alimentaria” – y vea el vídeo animado: El gran hermano llega al campo (disponible en 12 idiomas)

Destacados

Construir un movimiento más fuerte: preparativos para el tercer Foro Global Nyéléni

El concepto de soberanía alimentaria fue lanzado en 1996 en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación para promover un enfoque de los sistemas alimentarios centrado en las personas, dando prioridad a los alimentos producidos localmente, estables, sanos y asequibles, frente a la dependencia de los mercados globales y las políticas neoliberales. En Mali, el Foro Internacional Nyéléni (2007) estableció esta visión como norma mundial, uniendo a movimientos y organizaciones dedicados a la soberanía alimentaria y la justicia social. En 2015, el Foro Internacional Nyéléni sobre Agroecología reforzó esta visión, situando la agroecología campesina, indígena y familiar en el centro de atención de una estrategia para abordar las crisis del clima y la biodiversidad.

A pesar de estos logros, actualmente nos enfrentamos a crisis interconectadas -económicas, sociales, políticas, medioambientales y sanitarias- que están arraigadas en el opresivo sistema capitalista. Estas crisis obligan a un cambio sistémico y transformador que va más allá de lo que ofrecen los marcos existentes. Para lograr este cambio es esencial un movimiento más amplio y fuerte con un programa unificado y una acción coordinada. La expansión del movimiento por la soberanía alimentaria a nuevas voces y perspectivas puede impulsar un cambio de mayor impacto que aborde los retos globales actuales.

A este propósito, el Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) ha iniciado el «proceso Nyéléni», una movilización mundial que se basa en los éxitos de los foros de 2007 y 2015. El proceso Nyéléni, llamado así en honor de las reuniones anteriores, hace un llamamiento a los movimientos sociales de todo el mundo para que se unan en propuestas conjuntas para la transformación sistémica. El proceso celebrará un hito clave en septiembre de 2025 en el III Foro Global Nyéléni en Karnataka, India, brindando una oportunidad única para establecer el programa en aras de sistemas alimentarios justos y sostenibles y de un cambio del sistema. Al fomentar un movimiento inclusivo e interseccional, el proceso Nyéléni pretende inspirar y dirigir esfuerzos globales coordinados hacia un futuro esperanzador y justo.

Los movimientos sociales que abogan por un cambio transformador ya están dando forma al programa de septiembre de 2025, con vistas a impulsar el III Foro Global Nyéléni. Un elemento clave del objetivo político del movimiento Nyéléni es el desarrollo de un programa conjunto de acción política, un paso fundamental hacia la consecución de los principales objetivos del proceso Nyéléni. Este programa conjunto de acción política se centrará en los aspectos clave que han surgido de las consultas regionales de Nyéléni organizadas en 2024 para dar una misma dirección a los movimientos sociales en los próximos años.

En un plano más técnico, la organización anfitriona ultima la logística para la celebración del foro, y las regiones ya están constituyendo las delegaciones que van a asistir al Foro Global, procurando que estén representados todos los sectores, incluso organizaciones o grupos que no forman parte del movimiento de soberanía alimentaria, y respetando criterios interseccionales. Mientras tanto han surgido muchos grupos de trabajo -compuestos por representantes de movimientos sociales y organizaciones de apoyo- que están desarrollando el trabajo con vistas al foro: metodología, comunicación, recaudación de fondos, logística, participación de investigadores, procesos de cuidado y respeto, interpretación y formación política.

Boletín núm. 58 – Editorial

Proceso Nyéléni: cómo elaborar un plan político conjunto para la transformación sistémica

Ilustración: Primer poster (de tres) creado para el foro Nyéléni 2025

En 2007 tuvo lugar en Mali el primer Foro Nyéléni, que reunió a movimientos sociales en pro de la soberanía alimentaria de todo el mundo. En los 17 años transcurridos desde entonces, el movimiento ha ido creciendo y cobrando impulso, defendiendo los derechos colectivos, los derechos humanos y la soberanía alimentaria a todos los niveles. Pero aún queda mucho por hacer.

El mundo está sumido en una vorágine sin precedentes, con crisis profundamente arraigadas y coincidentes que nos afectan a todos. Necesitamos un cambio de paradigma para reclamar el derecho a configurar nuestros propios sistemas alimentarios en aras del bienestar de las personas y del planeta.

Por eso instamos a una nueva movilización en el movimiento por la soberanía alimentaria y más allá, para construir nuestra respuesta tanto a escala global como local, y estrechar alianzas con movimientos y organizaciones de justicia climática, antirracismo, salud, trabajo, feminismo y economía social y solidaria. La transformación sistémica es ahora o nunca.

Nosotros,  productores de alimentos a pequeña escala, lanzamos junto con nuestros aliados un nuevo proceso Nyéléni, que invita a movimientos sociales, organizaciones y redes globales a articular una convergencia interseccional hacia propuestas conjuntas para un cambio de sistema. A través de este proceso plurianual hemos reunido a millares de organizaciones de base y a otros aliados en seis regiones del mundo con el fin de debatir y presentar propuestas conjuntas para un cambio de sistema y un programa político sólido para los próximos años. El Foro Global Nyéléni, que se va a celebrar en 2025 en India, será el espacio para la estrategia y la organización, y para dar la salida a esta nueva etapa del movimiento en pro de la soberanía alimentaria.

Comité Internacional de Planificación (CIP) para la soberanía alimentaria